De besos los dos se cubrían, la dicha fué su riqueza, de oro los aros eran, amarillos los diamantes, en la cumbre se encontraron , por el precipicio rodaron, fueron olas, fueron ruedas, barco zarpando sin rumbo, cansados molinos de viento; el bosque agarrado a sus cuerpos, el amanecer se escondía, llegaron en el mundo a su orilla, extasiados, embobados, fallecidos, de la mano agarrados siempre por los labios unidos...
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