Un carcomido barco flamea las renegrídas aguas del mar muerto.Espectros penitentes de hombres sucumbidos en otro tiempo fraguan el descenso.El arrepentimiento en los bolsillos revolotea sigilosas plumas; la mirada se oxida entumeciendo todo lo que vé.El demonio de pantanosos pozos les reclama ,el purgatorio es inmerecido y la fé es un ave de cenizas que todavía no renace.El barco sin timón da vuelta atrás empapado en espejismos.
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