AROMAS AMARTELADOS

de historias que afilan las madrugadas

sábado, 28 de noviembre de 2009


Recostada la cabeza sobre el pecho del hombre, morada de refulgentes quimeras, ave somnolienta de silencioso plumaje, callados capullos brotando en la noche; en el pecho del hombre su cabeza, duerme en paz y se entrega toda, toda ella sobre el pecho del hombre. Sueña turquezas, sueña rubíes; ella respira y se inspira, perdída, consentida, seducida por amarteladas fábulas, abrazándose completa al pecho del hombre, completa se abraza en deleite, de amarillo, plácida en reposo. Así durmió ,toda enamorada. Así sobre el pecho del hombre.

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