AROMAS AMARTELADOS

de historias que afilan las madrugadas

miércoles, 25 de noviembre de 2009



Las piernas, sus piernas, eran dos mandarinas dulces rodando en campiñas angulares, un par de trasnochados juglares recostados del olivo, eran lilas en el arroyo serpentendo prados, limones amarillos eran también. Sus piernas te digo, eran dos arboles sombreando dos enamorados, eran dos promesas cumplidas,dos enloquecidos caballos, eran dueto de sibaritas gardenias; eran un camino florido y bifurcado llevando al mismo camino: El hedonismo...eso eras las piernas. Sus piernas.

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